En nuestro medio, la causa fundamental es el consumo de alcohol, aunque su etiología es multifactorial. La pancreatitis autoinmune ha sido clasificada como una parte del espectro de lo que ha venido a llamarse enfermedad sistémica asociada a IgG4 más que como una variante de pancreatitis crónica.
La pancreatitis crónica suele manifestarse clínicamente como dolor abdominal y cuadros de malabsorción.
Se realiza mediante pruebas estructurales, de las cuales la resonancia magnética y la ecoendoscopia son las más importantes, y de función pancreática como el test de secretina o la elastasa fecal. Se debe realizar diagnóstico diferencial con el cáncer de páncreas.
Se centra en el control de los síntomas, principalmente el dolor.