A todos los pacientes con resección anterior por cáncer de recto operados entre octubre de 2007 y febrero de 2014, con intención curativa y con más de un año de funcionalidad, se les envió el cuestionario LARS. Las variables estudiadas fueron: edad, sexo, tiempo transcurrido desde la cirugía, tipo de resección, vía quirúrgica, tipo de anastomosis, realización de estoma derivativo, complicación postoperatoria y régimen de radioterapia.
De 195 pacientes, 136 (70%) respondieron (132 adecuadamente). El 47% de los pacientes presentaba un LARS mayor y el 34% no desarrolló SRA cuantificable. Se relacionó un LARS mayor con peor calidad de vida (p = 0,002). En el análisis univariante, la escisión mesorrectal total (ETM), la radioterapia larga y el estoma derivativo se asociaron a un LARS mayor, y la utilización de un reservorio, a uno menor. En el análisis multivariante solo el tipo de resección (p < 0,001) y la utilización de reservorio (p = 0,002) fueron factores individuales relacionados con el LARS.
La mitad de los pacientes operados presentaron un LARS mayor y solo un tercio no presentó un SRA cuantificable. La percepción global de la calidad de vida fue significativamente peor en los pacientes con LARS mayor. La ausencia de recto (ETM) y la forma de reconstrucción anastomótica fueron los principales factores asociados a la puntuación LARS.