pacientes registrados en la bases de datos del laboratorio central del Alberta Hearth Care (Alberta, C¨¢nada) entre el 1 de mayo de 2002 y el 31 de diciembre de 2006.
se seleccion¨® a 32.312 pacientes mayores de 65 a?os, con cifras de creatinina registradas y con prescripci¨®n de un IECA y/o ARA-II (al menos 2 prescripciones de alguno de ellos). No deb¨ªan haber recibido ninguno de estos f¨¢rmacos en los 150 d¨ªas previos a la fecha de inicio del estudio, ni haber sido tratado con anterioridad con di¨¢lisis o trasplante renal. Intervenci¨®n: se diferenciaron 2 cohortes de estudio: una de pacientes en monoterapia (prescripci¨®n de un solo grupo farmacol¨®gico o ambos con una separaci¨®n de m¨¢s de 120 d¨ªas) y una cohorte de tratamiento combinado (que recibi¨® ambos grupos farmacol¨®gicos de forma conjunta o separados con un intervalo menor de 120 d¨ªas).
el objetivo primario estaba compuesto por la duplicaci¨®n de cifras de creatinina, desarrollo de enfermedad renal terminal (requerimiento de di¨¢lisis) o muerte por cualquier causa. Tambi¨¦n se midieron la incidencia de hiperpotasemia (potasio s¨¦rico ?6,0 mmol/l) y la tasa de tratamientos suspendidos a los 6 meses tras el inicio de la prescripci¨®n. Para analizar los datos se usaron los modelos proporcionales de Cox ajustados a las caracter¨ªsticas basales de la poblaci¨®n de estudio.
un 5,4 % de los pacientes seleccionados recibi¨® tratamiento combinado y un 94,6 % monoterapia, de los cuales un 60,6 % tomaba IECA y un 28,7 % ARA-II. La edad media fue de 76,1 a?os. Las cifras de creatinina y potasio s¨¦ricos eran similares en ambos grupos (98 ¦Ìmol/l [1,108 mg/dl] y 5,3 mmol/l, respectivamente).
EL objetivo primario fue m¨¢s frecuente entre los pacientes con tratamiento combinado que en los que recib¨ªan monoterapia (5,2 eventos/1.000 pacientes frente a 2,4 eventos/1.000 pacientes por mes, respectivamente) (hazard ratio [HR] = 2,36; intervalo de confianza [IC] del 95 % , 1, 51-3, 71) al igual que la tasa de hiperpotasemia (2,5 frente a 0,9 eventos/1.000 pacientes al mes, respectivamente) (HR ajustada = 2, 42; IC del 95 % , 1, 36-4,32). De los 350 pacientes en los que se cumpli¨® el objetivo primario, 120 duplicaron la cifra de creatinina, 20 desarrollaron insuficiencia renal terminal y 234 pacientes fallecieron. La creatinina basal demostr¨® ser un factor de riesgo independiente para enfermedad renal terminal o muerte por cualquier causa (HR = 2,18; IC del 95 % , 1, 51-3,15).
el tratamiento combinado con IECA y ARA-II en pacientes mayores se asoci¨® a un incremento del riesgo de eventos adversos renales (incluida la mortalidad) en comparaci¨®n con la monoterapia con uno de los dos.