El
desarrollo
de la
imagen molecular y funcional con nuevas técnicas
de tomografía computarizada, resonancia magnética o tomografía por emisión
de positrones (PET), entre otras, ha mejorado
de forma muy significativa la
detección
de tumores, su estadificación, la monitorización
de la respuesta al tratamiento y la
detección
de posibles recidivas. A
demás, la combinación
de estas diferentes modalida
des
de imagen y el continuo
desarrollo
de radiofármacos para PET han permitido avanzar en el entendimiento y conocimiento
de los diferentes procesos fisiopatológicos en el cáncer y,
de este modo, po
der ser más eficaces en su tratamiento, mejorando la
calidad de vida
de los pacientes y aumentado su supervivencia.
La PET es una de las técnicas de imagen que más interés ha suscitado en los últimos años por su capacidad diagnóstica. Su habilidad para localizar anatómicamente los focos patológicos de actividad metabólica ha supuesto una revolución en la detección y estadificación de muchos tumores, ampliando, de forma exponencial, sus potenciales indicaciones no solo en oncología, sino también en otros campos como la cardiología, la neurología o las patologías inflamatorias e infecciosas.