Posteriormente se han realizado varios análisis post hoc de diferentes subgrupos que no han revelado diferencias según la edad, sexo o tipo de ictus.
Además, el estudio SPARCL ha ayudado a identificar a los pacientes que pueden tener un mayor beneficio: pacientes con estenosis carotídea, con reducción más intensa de lípidos, y aquellos que alcanzan niveles óptimos de cLDL, de cHDL, de triglicéridos y de presión arterial.
También ha ayudado a identificar a aquellos pacientes que presentan un riesgo más alto de nuevos episodios vasculares.
Es evidente que hay un antes y un después en la prevención del ictus desde la publicación del estudio SPARCL.