Se estudiaron 194 pacientes de forma prospectiva. Se midió la tasa de dosis H*(10) a 0,1; 0,5 y 1 m tras la administración del radiofármaco, antes de la imagen y finalizada la prueba diagnóstica. Se calcularon las dosis efectivas para diferentes circunstancias de contacto, mediante el percentil-95 (gammagrafías óseas) y el valor máximo (resto de los estudios).
La dosis máxima que recibe el paciente por compartir sala de espera con otro paciente, durante la incorporación del radiofármaco, es 0,59 mSv. Si acudiese a una consulta médica, a un restaurante o a una cafetería las dosis a terceros alcanzarían los 23, 43 y 22 μSv. Estas dosis se reducen en un factor 3 cuando dicha actividad tiene lugar una vez finalizada la prueba. En la mayoría de los estudios, el uso del transporte privado, frente al público, reduce la dosis en un factor superior a 6.
Durante la incorporación del radiofármaco se recomienda maximizar la distancia entre pacientes y hacer una distribución de los mismos en función del tipo de estudio. Debe fomentarse que los pacientes hagan uso del transporte privado frente al público. Dependiendo del número de pacientes de medicina nuclear por año que reciba un médico en su consulta, puede ser necesario aplicar restricciones.