El objetivo de nuestro estudio era definir el porcentaje de pacientes tratados, en la fibrilación auricular no valvular con anticoagulantes orales y las características clínicas de estos pacientes, calculando los riesgos embolígenos y hemorrágicos en este tipo de pacientes y su adecuación terapéutica.
Estudio descriptivo, transversal y retrospectivo, pacientes de un centro de salud, de tres cupos de Atención Primaria con diagnóstico de fibrilación auricular no valvular. Variables: datos demográficos, antecedentes personales (hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia, alcoholismo, tabaquismo, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebrovascular, insuficiencia renal, arteriopatía periférica y embolia sistémica), cálculo de las escalas CHA2DS2-VASc y HAS-BLED.
Se encontraron 99 pacientes con fibrilación auricular no valvular de un total de 4.626 pacientes (2,15%). Edad media 77 ± 10 años, 52,5% mujeres y 47,5% hombres. El 33% no toma ningún tratamiento anticoagulante, el 53% toma el acenocumarol y el resto (13%) un nuevo anticoagulante oral (dabigatran, apixaban o rivaroxaban).
El 97% de los pacientes presentan CHA2DS2-VASc ≥ 2 (alto riesgo embolígeno), de los cuales el 30% no está tomando ningún tratamiento anticoagulante. El 80% de los pacientes presentan HAS-BLED ≥ 3 (alto riesgo hemorrágico), de los cuales el 55% toma el acenocumarol, presentando el 25% una razón internacional normalizada fuera de rango terapéutico.
La fibrilación auricular no valvular es una de las principales causas del accidente vascular cerebral en nuestros pacientes. Se demuestra que el tratamiento anticoagulante en aquellos pacientes con alto riesgo embolígeno reduce los eventos cerebrovasculares en un 64% y la mortalidad en un 26%. En nuestro medio la mayoría de los pacientes diagnosticados con fibrilación auricular no valvular presentan ese riesgo, pero tenemos un 33% no anticoagulado y un 25% mal controlado con el acenocumarol (un total del 46% de los pacientes). Todo esto implica que casi el 50% de nuestros pacientes con fibrilación auricular no valvular presenten alto riesgo tromboembólico por falta de tratamiento o ineficacia de este.