Se han descrito una gran variedad de síntomas que afectan varios órganos y sistemas, destacando las manifestaciones específicas del HPP (nefrolitiasis y osteítis fibrosa quística), aunque lo más frecuente es el HPP asintomático.
La primera prueba a solicitar para el diagnóstico etiológico de la hipercalcemia debe ser la parathormona (PTH), seguida de niveles de fósforo, vitamina D y orina de 24 horas para determinar calciuria y aclaramiento de creatinina.
La medida más importante en el tratamiento de la hipercalcemia grave es la rehidratación, seguida de tratamiento con zoledronato intravenoso para resolver la causa subyacente posteriormente. En caso de HPP el único tratamiento curativo es la paratiroidectomía.