Las AH pueden ser congénitas o adquiridas. Las AH congénitas son consecuencia de alteraciones genéticas que determinan defectos en la membrana del hematíe, en las enzimas que regulan su metabolismo o en la hemoglobina. Las adquiridas pueden ser de causa inmunológica o no. La clínica común es el síndrome hemolítico caracterizado por anemia, ictericia y esplenomegalia.
El diagnóstico de AH se basa en una historia clínica cuidadosa, con énfasis en antecedentes familiares, la exploración física que nos permita reconocer el síndrome hemolítico y los hallazgos típicos de laboratorio con anemia regenerativa, aumento de la bilirrubina indirecta y descenso de la haptoglobina en sangre. En el diagnóstico etiológico es clave el test de Coombs directo y el estudio morfológico del frotis de sangre periférica por un hematólogo experto. La presencia de esquistocitos orienta a la existencia de AH microangiopática que requiere tratamiento urgente.