En la mayoría de los casos se caracteriza por una alteración bioquímica subclínica en forma de hipertransaminasemia y/o colestasis de grado leve a moderado. El desarrollo de cirrosis o de una hepatitis fulminante es inusual en este grupo de enfermedades. Es de destacar el compromiso vascular cuando se produce trombosis venosa hepática en forma de síndrome de Budd-Chiari o de pequeñas arterias intrahepáticas y su relación con la hiperplasia nodular regenerativa.
Las alteraciones histológicas son diversas y pueden revelar otras enfermedades hepáticas subyacentes como las hepatitis víricas, la esteatosis y la toxicidad por fármacos.
El tratamiento de estas alteraciones no es específico y se basa fundamentalmente en el de la enfermedad de base.