En este estudio prospectivo, 28 pacientes diagnosticados de estrabismo fueron tratados con toxina botulínica. Se recopilaron los pacientes tratados en 2013 en el Hospital Rey Juan Carlos (Móstoles) para estudiar las indicaciones, la dosis empleada, y se analizaron los resultados de la última revisión, tanto en niños como en adultos, con un seguimiento mínimo de 14 meses.
Se recogieron datos de 11 niños, 6 mujeres (54,5%), y 17 adultos, 11 varones (64%). La edad media fue 4,42 ± 3,48 años y 58,71 ± 18,07 años en niños y adultos respectivamente.
En ambos grupos la mayoría de los casos eran endotropias (81,8% en niños y 47,1% en adultos), aunque el grupo de adultos presentaba enfermedades más heterogéneas incluyendo 4 pacientes con exotropía (26,5%), 4 con hipertropía (26,5%) y uno con nistagmo aislado (5,9%).
La media de inyecciones en niños fue de 1,45 ± 0,93, aunque el 72,7% recibieron una única inyección; en el grupo de adultos la media de inyecciones fue de 3,27 ± 1,41.
Se encontró una diferencia estadísticamente significativa en la comparación de tropia y foria prepostinyección en niños y adultos (p < 0,05). En ambos grupos hubo una mejoría significativa en el tortícolis postinyección comparado con el previo (p < 0,05).
En 4 niños pudimos detectar una mejoría en la estereoagudeza.
Dos niños (18,2%) y 5 adultos (29,4%) precisaron intervención quirúrgica posterior. Ocho adultos (49,1%) presentaban diplopia en posición primaria de la mirada, que se resolvió en 6 casos con inyecciones de toxina, pero 2 necesitaron cirugía para la corrección de la diplopia.
Las diferencias entre tropia y foria pre- y postintervención fueron estadísticamente significativas (p < 0,05), así como las diferencias entre el tortícolis pre- y postinyección. En 4 casos se pudo detectar mejoría en la estereoagudeza.
La toxina botulínica es un fármaco muy útil en el estrabismo, con mejores resultados sensoriales y motores en los niños, pero eficaz como tratamiento sintomático en algunos casos de estrabismo en adultos.